La boda de Pilar & Borja

Pilar y Borja se conocieron en una fiesta cuando ella tenía 17 años y él, 18. Desde ese momento, Borja se convirtió en su mejor amigo, y esa amistad perdura hasta hoy. Sin embargo, su relación no ha sido sencilla. Pilar, científica de profesión, se vio obligada a vivir en diversas partes del mundo: Madrid, Oporto, Cádiz, Figueira da Foz, París y Valencia. Para mantener su conexión, comenzaron a viajar y encontrarse en diferentes rincones del planeta.

El confinamiento cambió las reglas del juego. Por primera vez, Pilar y Borja compartieron un espacio por necesidad. Borja se refugió en Portugal durante la cuarentena, y desde entonces, no se han separado. El teletrabajo de Borja les permitió estar juntos, esperan no volver a hacerlo.

El 2 de septiembre de 2023, Pilar y Borja sellaron su amor en el Invernadero del pazo de Santa Cruz. Pilar tenía una visión clara para su boda: un estilo boho romántico, con los viajes como hilo conductor (algo que comparten en su cuenta de viajes y blog). De hecho, las invitaciones de la boda eran billetes, y el hashtag elegido fue “#otraparadaennuestroviaje”.

La paleta de colores se inspiró en los tonos del atardecer. Pilar pidió a sus amigas que fueran testigos de su unión. Como un gesto especial, les regaló kimonos para que se cambiaran con ella el día de la boda. Juntas decidieron que sus vestidos serían en tonos anaranjados. Pilar también eligió unos zapatos naranjas y detalles en la tiara con tonos cobrizos y piedras a juego.

La decoración siguió la misma estética: pampas, alfombras y mucho mimbre. Los meseros y el seating plan llevaron los nombres de lugares significativos en su historia. Las acuarelas de fotos de Pilar y Borja en esos lugares adornaron las mesas. Además, cada invitado recibió una maletita de cartón con la letra de una canción relacionada con las personas de su mesa. El reto: descubrir cuál era la mesa más animada cuando sonaba la música.

Pilar asegura que lo mejor de la boda fue el ambiente. Para ello meses antes de la boda hicieron una despedida conjunta en una casa rural y donde tuvieron la oportunidad de conocerse entre los diferentes grupos de amigos. También organizaron un preboda en Cangas para los no pudieron ir a la despedida. Fue una boda de gente muy joven y con un ambiente muy dinámico.

Si se volviera a casar de nuevo Pilar asegura que dedicaría más tiempo a la elección de la wedding planner, pues es muy básico que entienda lo que necesitas y hubiera iniciado la búsqueda del atelier del vestido con más tiempo. Ella empezó con un año pero ya había muchas diseñadoras que habían cerrado agenda.

Para las novias que están pensando en casarse recomienda disfrutar del proceso con tiempo para no agobiarse y sobre todo, que si algo falla, no le den importancia porque seguramente solo se enteren ellas del error.